Capitulo 3.1: El Fin de una era
La situación en
el reino de Pedro era inaguantable; invadidos por una
horda de niños obesos, gitanos mestizos y juglares de poca
monta (bisbal), asfixiados por el calor y en una atmósfera
antihigiénica e insalubre, se vieron obligados a abandonar
aquel reino y dejar todo cuanto habían querido. A pesar de
que el reino se mantenía gracias al dinero de nuestros
bolsillos aquel rey nos dejo marchar libres debido en gran
medida a que se encontraba absorto en fumar su puro,
atizar a sus habitantes con la vara y consumir ingentes
cantidades de porno, nuestros lectores deben saber que no
fue un abandono del DVD total sino progresivo, por decirlo
así, fue como el borracho de la taberna que abandona
cansado la cerveza aguada para aficionarse a bebidas que
agraden mas su paladar , este abandona la cerveza por algo
mejor pero en su búsqueda necesita algo de cerveza para
ahogar su sed. La búsqueda de un nuevo lugar donde ocupar
las largas tardes de ocio (abundantes en aquellas épocas)
fue ardua, divagamos por muchos reinos sin encontrar uno
que se amoldase a nuestras necesidades tales como el
Player One(ya mencionado), la jungla, uno por el reino del
actur, otro mas por el reino de la avenida Navarra(sus
nombres no me vienen a la memoria) y alguno mas cuyo
nombre y situación no recuerdo, nos encontrábamos perdidos
y desesperados, ¿Qué hacemos esta tarde?!, nos
preguntábamos todos los días. Al fin vimos una luz al
final del túnel, nuestro querido amigo Stuka nos condujo a
un ciber nuevo supervisado por el Imperio de Telefonica,
Sergio como un profeta nos informo de que por un mísero
euro podíamos tener una hora de placer, conducidos por la
caravana número 34 nos dirigimos a dicho reino, el lugar
era paradisiaco: largas filas de computadoras que se
extendían hasta el horizonte donde la vista no alcanza,
cascos nuevos y de buena calidad, un ambiente fresco y
limpio, era sin duda alguna la tierra prometida, pero
aquello no era mas lo que parecía, nuestros jóvenes amigos
no dudaron a la hora de ingresar en dicho reino, pero la
sorpresa fue mayúscula cuando los avaros y codiciosos
recaudadores del reino nos informaron del precio de sus
servicios era tal la cantidad de oro y plata que valía
pasar ahí una hora que nuestros amigos se sintieron
estafados y heridos en su orgullo, así que abandonaron
esas tierras en búsqueda de otro lugar, se hallaban de
nuevo perdidos y desilusionados, hasta que...........
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